
Suene en el clarín, sólo para mí.
El tiempo pasa, recuerden cómo era yo.
No puedo seguir; fuerzas ya no hay,
sólo tengo ya vacío en corazón.
Me han herido tanto, que ya no puedo luchar,
no hay nada que desear, déjenme ya
mejor morir aquí.
Suene en el clarín, nada importa ya.
No hay camino que seguir para poder huír.
Sin una luz, sé que pronto caeré en la oscuridad.
Decido ya está, quedarme aquí...
Pero allá, lejos, en la distancia
oigo una voz que dice: ‘No piedas tu valor.
Si te rindes tú, no habrá ya quién te salve.
Recobra fuerza hoy, recobra tu valor.
Siempre hay que luchar, entrar en la batalla
y ser libre al fin, más vale luchar’.
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