jueves, 24 de marzo de 2011

Podría olvidarte, pero no quiero.



Antes, todo lo que veía, todo lo que de amor se trataba, me recordaba a vos; a nuestras charlas, tus ojos, nuestros besos, las caricias, nuestras manos unidas…

Pero ahora, en momentos en que todo se rompió, desde el instante en que decidiste decirme ‘chau’, dejarme para siempre, te recuerdo con nostalgia.

Todo lo que me rodea, los besos ajenos, las charlas entre amigos, palabras tan tuyas en bocas de otros, algunos ojos que parecen los tuyos pero que no me miran con tanto amor, las sonrisas de dientes blancos, las bromas, las parejas que ríen con entusiasmo, olvidando todo lo que pasa a su alrededor; TODO, me hace verte a cada rato en todas partes, en cada lugar que frecuento.

Con dificultad, y esfuerzo, voy a olvidarte. Yo sé que puedo. Pero se me hace difícil. Tantas experiencias con vos, tantas tardes, algunas noches, tantos paseos, tantas peleas que superamos por que nos amábamos, me vienen a la cabeza, me refrescan la mente y tu imagen llega entera a mi memoria.

Te extraño. Extraño cada ‘TE AMO’ que me dijiste con toda convicción de estar en lo correcto; extraño cada beso tuyo; extraño tus palabras, tus formas de hacerme reír, de levantarme el ánimo. Extraño tus abrazos que me hacían sentir única, omnipotente; aquellos que no me dejaban sola nunca. Aún cuando me sentí invisible, vos supiste verme.

Extraño tus bromas, tus palabras; extraño verte llegar por mi vereda y que el corazón me lata a mil; extraño tus caricias “para las chicas lindas”, tus besos en mi nariz…

Deseo con todas mis fuerzas volver al pasado, cambiar lo que hice mal (¿qué pudo haber sido?) y estar con vos, mi amor.

Quiero, más que nada en esta Tierra, volver a decirte que te amo, sin sentir que me equivoco, que voy por mal camino.

Daría todo porque volvamos a estar juntos. Todo daría si me ofrecen un segundo más con vos. Porque me enamoré, y tal vez no me pude dar cuenta de que te quise muy rápido, de que apenas te conocía.

Creí, con toda la fe que fui capaz de sentir, en cada una de tus palabras, dejándome llevar como en un río correntoso. Nos dimos oportunidades, intentamos no discutir tanto a pesar de que tenemos personalidades tan distintas. Y lo habíamos logrado. Pudimos dejar atrás lo que iban a decir y estar juntos.

En soledad y para mí misma, me reconozco que te perdí, que fuiste, que NO VAS A VOLVER JAMÁS. Y que no quedan esperanzas de recuperar cada beso, cada abrazo, cada caricia que perdimos por perdernos.

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